Esta situación se repite en muchas empresas, así que si te ha pasado a ti, tranquilo, nos puede pasar a cualquiera y hay solución.
Te hablamos de cometer errores en las facturas.
Quién más y quien menos ha enviado una factura con el importe mal calculado o con algún dato del cliente erróneo. Incluso peor: con algún número equivocado en el IBAN donde deben recibir el pago.
Sin embargo, existe una herramienta que nos ayuda a solventar este tipo de situaciones. Se trata de la factura rectificativa.
A continuación, explicaremos qué es, cuándo se utiliza y cómo se hace una. Igualmente te dejamos con una batería de preguntas frecuentes que pueden ayudar a aclarar otras cuestiones.
¿Empezamos?
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Una factura rectificativa es un tipo de factura que se crea con el objetivo de corregir cualquier tipo de dato incorrecto que hayas podido incluir en las mismas.
La denominación fiscal, las cantidades, los métodos de pago, las fechas… ¡Son muchas las hipótesis!
De este modo, se reemplaza la factura original. Un recurso clave para que la contabilidad y la fiscalidad de tu empresa no se vea afectada.
¿Quieres un ejemplo de factura rectificativa?
Muy sencillo. Pongamos que has calculado mal el IVA del coste total de un cobro. Esto altera tus declaraciones trimestrales y anuales.
Con la factura rectificativa podrás emitir dicha modificación para que todo vuelva a su curso. Aplica bien los porcentajes pertinentes y listo: todo solucionado.
Como te hemos comentado, hay muchas situaciones que ameritan la existencia de este sistema de corrección.
Puesto que en Asenze no nos quedamos en la superficie, te contamos algunos de los casos más comunes:
Antes de nada, debes saber que este tipo de facturas se deben hacer desde el mismo instante en el que se detecta el error.
Para que se pueda dejar constancia de las modificaciones de forma oficial, el plazo máximo que contemplan las autoridades tributarias es de 4 años. A partir de entonces, ya no sirven de nada.
En cuanto a los aspectos que se deben incluir en el documento, destaca el indicativo en la misma factura. Pon una R antes del número de la factura y así dejarás claro de su condición rectificativa.
A su vez, dicha numeración (con la R delante) debe ser la misma que la de la factura que estás corrigiendo.
También debes señalar cuáles son las razones de su emisión. Déjalo claro en el apartado de “concepto”.
Nuestro consejo es que hagas una copia del documento original. Modifica los errores, añade la R y escribe la naturaleza del fallo.
¡Listo! Todas tus cuentas volverán a estar en orden.
Es posible que todavía te hayan quedado ciertas dudas al respecto.
No te preocupes por nada. En Asenze damos respuesta a cualquier pregunta que te pueda surgir.
Presta atención al listado de interrogantes que planteamos. Seguramente encontrarás una solución para tus inquietudes.
¡Vamos allá!
Nunca se debe eliminar una factura emitida. Ni tan siquiera cuando tiene un error.
El nuevo Reglamento de Facturación afirma que el único medio para corregir una factura es crear una factura rectificativa.
De este modo, el nuevo documento ocupará el puesto del anterior.
Esto es especialmente importante de cara a los impagos de clientes. Porque recuperar el IVA de una factura no es sencillo y lo mejor es sanear todas las cuentas.
Depende. Si se hace como medio para la falsedad documental, sin duda alguna.
No se pueden modificar las facturas a tu antojo. Hacienda es especialmente exigente con esto, así que no asumas dicho riesgo.
Ahora bien, las facturas falsas y las rectificativas no tienen nada que ver.
Las primeras son delito y las segunda son obligatorias para subsanar errores.
Hay un Real Decreto que prohíbe la modificación de cualquier factura que se haya emitido.
Si la has mandado y te percatas de un error, ya es tarde.
Esto también hace referencia a su eliminación. No se puede hacer desaparecer ningún tipo de factura.
Una evidencia más del papel de las facturas rectificativas.
Como habrás podido observar, no hay que tirarse de los pelos si hay una factura mal hecha. Se rectifica y punto.
No obstante, estos errores suponen una pérdida de tiempo y, a veces, de dinero. Motivo por el que es mucho mejor prevenir que curar.
Es en este punto en el que las asesorías jugamos una baza clave. Más todavía si hablamos de un despacho como el nuestro que actúa de forma digital.
Mediante las herramientas más modernas, aseguramos una facturación precisa y sin fallos. De hecho, tendrás acceso a todas tus facturas desde el móvil gracias a los soportes cloud que utilizamos.
Asimismo, en Asenze nos convertimos en una parte más de tu empresa. Trabajamos de forma interna para dejarnos la piel en mantener la contabilidad intacta.
Nuestro compromiso es liberarte de presiones y de trabajo. Queremos que te centres pura y exclusivamente en las labores cotidianas de tu negocio.
Así que habla con nosotros y asumiremos toda la gestión fiscal de tu empresa.
Ya te lo avisamos: somos más de hacer las cosas bien desde un principio que de rectificar.
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