La temporada de impuestos puede ser un verdadero tostón para los empresarios.
Sin embargo, si le damos la vuelta a la tortilla, también puede ser una gran oportunidad para ahorrar.
Sí, visto desde otra perspectiva, el momento de analizar los impuestos que paga una empresa, puede convertirse en una situación perfecta para aumentar la eficiencia fiscal de la misma.
A continuación, explicamos de qué manera se puede preparar una pyme para ello.
Eso sí, antes, échale un vistazo a nuestro ebook de buenos consejos para contratar una asesoría.
El saber no ocupa lugar. Por eso, ya sea que te ocupes tú, una persona de tu equipo o un asesor de la declaración de los impuestos que toca presentar, esta guía te ayudará a entender el proceso.
Lo primero de todo es tener toda la documentación a punto.
Así que, antes incluso de estudiar los impuestos que tiene que pagar una empresa, arregla todo el papeleo.
Esta revisión incluye: facturas de ventas y compras, recibos de gastos, nóminas, contratos, registros bancarios y cualquier otro documento que pueda influir en los impuestos que paga una empresa.
Un consejo: mantén estos documentos ordenados cronológicamente y categorizados para facilitar su acceso.
Una buena organización no solo simplifica el proceso de declaración, sino que también prepara a tu empresa para cualquier eventual inspección tributaria.
Por cierto, si todo esto lo tuvieras digitalizado en herramientas como las que usamos en Asenze, apenas deberías preocuparte de este punto. Ya lo tendrías ordenado y actualizado de sobra.
Si quieres saber más sobre esto, escríbenos y te contamos en detalle.
Después de ordenar toca enterarse bien de los impuestos que paga una empresa realmente.
Por ello, es esencial contar con alguien que tenga un conocimiento claro y una experiencia amplia en el tema.
Algunos de los más relevantes son:
Llegamos al turrón, a lo que más interés despierta.
Y es que este paso es crucial para reducir los impuestos de una empresa.
Así que investiga todas las deducciones fiscales a las que tu empresa tiene derecho, como gastos deducibles, inversiones en I+D, bonificaciones por contratación de personal, etc.
Aprovecha los créditos fiscales y las deducciones para reinversión de beneficios, que pueden ofrecer un considerable ahorro.
Mantente actualizado sobre las últimas novedades fiscales, ya que las leyes y regulaciones pueden cambiar y abrir nuevas oportunidades de ahorro.
Y si todo esto te provoca dolor de cabeza, delega en profesionales como nosotros. Iremos a tiro hecho para que te ahorres una buena cantidad de dinero.
Un error en la declaración puede ser costoso y llevar a sanciones.
Por eso, el siguiente paso es realizar una revisión detallada de toda la documentación antes de presentarla.
Verifica que todas las cifras concuerdan, que se hayan aplicado correctamente las normativas fiscales y que no haya discrepancias en los impuestos de la empresa.
Presta especial atención a los errores comunes, como la incorrecta clasificación de gastos o el cálculo erróneo del IVA.
Como bien sabes, la puntualidad es esencial en la declaración de impuestos que paga una empresa.
Conocer las fechas límite y planificar con anticipación te ayudará a evitar multas y recargos por retraso.
Si ves que necesitas más tiempo, infórmate sobre la posibilidad de solicitar una prórroga, pero ten en cuenta que esto no te exime de pagar los impuestos en la fecha límite original.
Para acabar, veamos qué más podemos añadir para que tu pyme esté 100% preparada para la temporada de impuestos.
Si todo lo que acabamos de contar te parece un auténtico tostón, considera la posibilidad de delegar estas tareas en profesionales.
Un buen asesor fiscal puede proporcionarte la experiencia y el conocimiento necesarios para manejar de manera efectiva los impuestos de tu empresa, asegurando que se aprovechen todas las deducciones posibles y se eviten errores costosos.
La inversión en un buen asesoramiento fiscal se puede traducir en un ahorro significativo y en una mayor tranquilidad para ti y tu empresa.
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